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El Labio Superior Puede Ser Recortado.

Conforme empezamos a envejecer, los tejidos blandos que carecen de un soporte rígido como es el hueso o el cartílago, es el caso del labio superior, tienden a perder la rigidez propia o tensión que los caracteriza en  la juventud, cediendo por lo tanto a los efectos de la gravedad.

El resultado es un “alargamiento” que en apariencia produjo un crecimiento de esa parte del cuerpo. ¡Cuántas veces hemos escuchado la frase que las orejas y la nariz nunca dejan de crecer!. Efectivamente, las orejas en los ancianos son más alargadas que las de los jóvenes, pero la estructura de cartílago sigue siendo la misma.

Si te detienes a observarlos de cerca, lo que ha sucedido es que el lóbulo ha perdido su tono, se ha adelgazado y la piel se ha alargado por la pérdida de las fibras elásticas que es característica de la madurez. Los lóbulos son los que por esa pérdida de tono han cedido a la gravedad, y también son susceptibles de corrección con cirugías sencillas.

Lo mismo sucede con la nariz, ya que los ligamentos que mantienen unidas a las diferentes estructuras de cartílago, en especial entre el dorso y la punta van cediendo con el paso del tiempo, produciendo narices más alargadas. A esto debe sumarse la atrofia de la grasa que se encuentra bajo la piel, agregando a este alargamiento un adelgazamiento general de su aspecto que contribuye a que se vea más larga. Como si hubiese crecido.

Otra de las estructuras de la cara que sufre cambios similares es el labio superior. Por un lado el músculo orbicular que es el encargado de cerrar los labios empieza a perder fuerza (lo que llamamos “tono muscular”) cuando empezamos a envejecer.  Por otro, la piel se adelgaza por la pérdida de fibras elásticas, haciéndose más susceptible al efecto de las contracciones musculares. De esta forma, aparecen las arrugas verticales que llamamos código de barras, y se acentúa más en las pacientes que por su estilo de vida favorecen el adelgazamiento de la piel: fumadoras y las que se han expuesto en forma prolongada e intensa a los rayos solares.

Cuando se combinan tanto la pérdida de tono muscular y la pérdida de las fibras elásticas de la piel, el labio superior acaba alargándose. Durante la sonrisa normalmente mostramos los dientes centrales (incisivos mediales) y entre 1 a 3 mm de la encía superior. Cuando el labio superior se alarga, la sonrisa cambia, ya que dejamos de mostrar la encía y los dientes superiores, muchas veces apareciendo sólo los dientes inferiores lo cual evidencia una sonrisa poco juvenil.

 

Fig. 1.  Paciente con labio largo, y marcaje donde irá la cicatriz para reducirlo.

La longitud del labio superior en las mujeres que no tienen alteraciones de la oclusión dental  habitualmente es de 15.28 mm ± 1.21 SD, mientras que la de los hombres es de 16.32 mm ± 1.56 SD.  Medidas superiores a ellas favorecen el cambio en el aspecto de labio largo en reposo así como la ausencia de muestra de los incisivos y encía durante la sonrisa.

Estos cambios son reversibles mediante la excisión de piel en la base de la nariz que restituye la longitud vertical del labio superior por un lado, jala el “labio rojo” hacia afuera haciéndolo más evidente y automáticamente favorece la muestra de la sonrisa.

Fig. 2., (a) cantidad de piel a resecar del labio superior para dejar una longitud apropiada, (b) transoperatorio de la resección, (c) cantidad de piel removida durante la cirugía.

Se trata de una cirugía que puede hacerse en el consultorio bajo anestesia local mediante el bloqueo de los nervios que van hacia la mejilla y el labio superior. No toma un tiempo excesivo para su realización y la cicatriz que deja detrás es prácticamente imperceptible con el paso del tiempo.

Con relativa frecuencia se asocia a la cirugía de restiramiento facial, ya que se trata de un procedimiento complementario que favorece en forma muy positiva el resultado final.

Por último, pueden asociarse otros métodos para redondear el aspecto global del labio superior. Esta cirugía no corrige el código de barras del que hablamos anteriormente. Existen diferentes formas de tratar éste problema en el labio superior que van desde la dermoabrasión, el uso de Láser, los rellenos de ácido hialurónico o incluso el empleo de Toxina Botulínica.

 

De todos ellos hablaremos más adelante.